sábado, 13 de agosto de 2011

Sota, caballo y rey.

Un día paseando con un par de conocidos, con los que compartía una simple charla y un buen rato, escuche el comentario de uno de ellos, que decía “todos los gays son peluqueros, bailarines o enfermeros”. Después de decir ese comentario, encima en tono peyorativo, se quedó tan tranquilo que me quedé anonadado y  tuve la necesidad de mirarlo fijamente, como diciendo, ¿Qué coño dices?. Vamos, ¡me quedé atónito!, y pensando, como no, la facilidad que tienen algunas personas para hacer generalizaciones sobre el mundo homosexual, algo que deberíamos comenzar a evitar.
Pues bien, si hacemos caso a ese tipo de comentarios, que muchas personas tristemente comparten, las personas homosexuales únicamente nos dedicamos a ofrecer tres tipos servicios en el mundo laboral: peinar, bailar y curar. La verdad, es que trata de servicios muy importantes, gracias a nosotros la gente lleva buenos peinados, van guapos, ¡hacemos milagros!, se entretienen viéndonos bailar, y encima ¡ayudamos a curar y salvar personas!. Pero no…, además de realizar esas profesiones tan importantes, en mayor o menor medida, los homosexuales nos dedicamos a otras profesiones, y no única y exclusivamente a las profesiones estereotipadas creadas por la maldita sociedad. Nuestro cuerpo y nuestra inteligencia nos permiten abarcar otras profesiones, ¡por muy increíble que parezca!.
Es muy injusto que se nos encasille siempre en la realización de determinadas profesiones, como si solamente pudiéramos abarcar las funciones de determinadas piezas de un ajedrez o de ciertas cartas de una baraja española, por el simple hecho de ser homosexuales, ¡POR FAVOR, EVITEMOS EL ENCASILLAMIENTO PROFESIONAL!. Soy gay, ¿y qué?, ¿ello tiene que implicar necesariamente que tenga que ser peluquero o bailarín? ¿Ello supone que en una baraja española solo pueda desempeñar el papel de una sota o caballo?, ¡Nooo!. Ello no implica que en el ajedrez, en el mundo profesional, yo, como homosexual, solo pueda escoger ser un peón, alfil o castillo, puedo ser rey, caballo, y porque no, si quiero, ¡una reina!, ¿Algún problema?. Posiblemente existan muchos peluqueros, enfermeros y bailarines gays u homosexuales, pero lo sentimos… estamos en más partes de la sociedad, ¡somos una plaga! y ¡estamos invadiendo el mundo laboral!.
Para completar la información de aquellas personas que circunscriben a las personas homosexuales en la realización de determinadas profesiones, de aquellos ineptos e ignorantes que se atreven a discriminarnos profesionalmente, y para intentar completar parte de su corta mentalidad, tengo el deber de informar de la existencia de homosexuales que desempeñan las labores de abogados, médicos, ingenieros, camareros, banqueros, arquitectos, jueces, cámaras de televisión, presentadores, comerciales, deportistas, dentistas, transportistas, administrativos, monitores, diseñadores, escaparatistas, gogos, profesores, maestros, dependientes, políticos, camareros, azafatos, médicos, etc., y así podría continuar hasta mencionar todas las profesiones existentes en el mundo laboral. Y si, aunque les resulte extraño, les ofrecemos nuestros servicios profesionales diariamente, en las tiendas, en asesorías, en los colegios educando a sus hijos, en la Administración, en los bancos, etc. Ustedes han sido atendidos, ayudados y socorridos por personas homosexuales en un gran número de ocasiones, otra cosa bien distinta es que se hayan percatado o no de ello, al ser unos pequeños ignorantes, pero esa es la pura realidad. Y, por regla general, solemos ser personas bastante competentes y eficientes, aunque existen excepciones, ¡algo innegable!.
¡Estoy harto!, dejemos de crear estereotipos, abandonemos la costumbre de realizar generalizaciones con tanta facilidad sobre las personas homosexuales, ¡las generalizaciones son falsas!. Y sobre todo, dejemos de ver a los peluqueros, bailarines y enfermeros como personas homosexuales, también hay personas heterosexuales que desempeñan este tipo de labores. No caigamos en la facilidad de encasillar a las personas de una determinada orientación sexual en el desempeño de ciertas profesiones, porque ello implica menospreciar nuestras actitudes y capacidades para realizar y ocupar todo tipo de labores y puestos profesionales.
Pero si todavía no os he convencido sobre lo dicho y comentado, y continuáis manteniendo ese tipo de comentarios, me vais a permitir realizar una generalización, que no resulta ser tan falsa, en comparación con la generalización que ha originado este comentario: ¡SI QUIERES UN BUEN PROFESIONAL, CONTRATA UN HOMOSEXUAL!.




3 comentarios:

  1. ¿Desde cuándo ser político es una profesión?

    ResponderEliminar
  2. A la vista del los comentarios, jajaja contrata a un profesional

    ResponderEliminar
  3. no hombre, tambien son dependientes de ropa femenina, camareros, barman, maestros de guarderia o infantil, cocineros,...

    ResponderEliminar